«El cliente solo quiere ser feliz»

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Alberto Casado
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Nota de opinión por Alberto Casado, gerente de Marketing para LINE Latin America.

Recuerdo que hace no tanto años asistíamos (no sin cierto sonrojo, debo confesar) a un ritual muy particular ante los principales monumentos de nuestras ciudades. Allí, un solitario turista aparecía de cuando en cuando, alargaba el brazo, ladeaba su cabeza y sacaba una sonrisa más bien artificial. Sabíamos que simplemente estaba sacándose una fotografía que poder enseñar a su regreso a su lugar de origen para dejar constancia de que había estado allí.

Pero nunca podíamos pensar que pocos años después, aquellos movimientos casi mecánicos que se repetían ante todo tipo de lugares más o menos populares, acabarían por ser una tendencia mundialmente extendida al punto que ya en 2012 la revista TIME destacó el término ‘selfie’ como uno de los que más tendencia había creado aquel año. Luego, hemos visto a la presidenta Bachelet tomarse una selfie con los jugadores de ‘la roja’ nada más bajarse del autobús a su regreso de pasado Mundial de Brasil o a una pléyade de grandes actores de Hollywood hacer lo propio en la gala de los Oscar (esta selfie, por cierto, batió todos los récords posibles en las redes sociales).

Hoy, gracias a un estudio realizado por LINE entre más de 4.500 chilenos usuarios de esta plataforma, sabemos que tomarse una selfie es mucho más que una tendencia o una moda: es una actitud, una expresión personal y cultural que ha llegado para quedarse y que está presente en casi todos los estratos sociales del país desde Arica a Punta Arenas. El estudio, además, nos reveló datos sorprendentes como que un 15% de los chilenos llegan a tomarse la asombrosa cantidad de 8 autofotos al día, o que una aplastante mayoría (45%) utiliza filtros para verse mejor en la imagen final.

Me resulta curioso observar esta novedosa radiografía de Chile a través de las selfies de sus habitantes pero, por encima de lo que los insights obtenidos nos puedan enseñar a nivel de empresa para seguir innovando y mejorando nuestra cartera de productos, es importante destacar cómo el trabajo de LINE ha sido capaz de adelantarse a los tiempos a la hora de poner en el mercado aplicaciones como B612, pensadas, diseñadas y dirigidas en exclusiva a conseguir selfies perfectas… y hacerlo además de una manera divertida, sencilla y amigable. No en vano, su nombre nos transporta al mítico asteroide de ‘El Principito’, cuyos tres volcanes, por cierto, siempre me recuerdan a los mágicos rincones de la geografía chilena.

Y es que en LINE hemos apuntando a un nicho de mercado perfecto en el mundo de las selfies. Sabemos que el usuario medio ya no se conforma sólo con tomarse una autofoto. La quiere compartir en sus redes sociales y quiere conseguir comentarios y reacciones de sus amigos y seguidores. Es una nueva forma de comunicación en la que se desenvuelven como nadie los nativos digitales. De ahí la importancia de adelantarse a las necesidades del usuario, que ha sido (y seguirá siendo) una de las máximas del equipo de profesionales que formamos parte de LINE.

Decía ‘El Principito’ que “caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”. Y no se equivocaba. Esta simple (en apariencia) frase refleja a la perfección que para lograr la excelencia en nuestro trabajo no basta con ser los primeros en llegar, sino que debemos apuntar a ser los mejores. Es necesario conocer y profundizar en los hábitos de vida de los usuarios, seguir su vida y adelantarse a los rivales (como promulgaba uno de los padres del marketing, George S. Day) para cumplir con una función esencial de toda empresa tecnológica que quiera ser relevante en el muy competitivo contexto internacional: hacer la vida de sus clientes más fácil. ‘Sólo’ eso.

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